Arturo Tendero: La memoria del visionario. Editorial Visor Libros, Madrid, 2006. 56 páginas.

Fotografía


Aquella luz que revoloteaba

entre los rododendros

y estaba dentro y fuera de nosotros,

corría por debajo de la piel

esclareciendo todo, el alma, el hueso,

la risa, la amistad,

hasta asomar de nuevo por los ojos

para hacerse soluble en el azul

y ser bebida.

Aquella luz no supo

captarla el celuloide,

y los años le añaden veladuras.

También nosotros

la describimos cada vez

con menos entusiasmo.

Tan viva entonces, tan sublime,

a duras penas cabe ahora

dentro de esta palabra

monosílaba: luz.

Aún parece capaz de deslumbrarnos,

pero algún día nadie va a creernos

y, sin pruebas,

hasta el más entusiasta de nosotros

perderá aquella fe.

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